jueves, 14 de febrero de 2013

Una dadiva de inclusión social


Un agradecimiento al Profesor Ricardo Ribeiro Cortes

 
La Capoeira es una manifestación cultural Brasilera originada por los africanos que clamaban libertad en la época del Brasil Colonial. Es una rica y creativa forma de resistencia cultural afro-brasilera. Desde su origen hasta hoy, ha abierto muchos caminos, resistiendo a toda clase de represión, convirtiéndose en una práctica peculiar que mezcla aspectos de danza, juego, música, lucha, gimnastica y cultura.

En las décadas de 1970 y 1980, la Capoeira paso por un grande periodo de expansión y popularización en todo el país, consiguiendo un estatus muy grande en Brasil y en el exterior. Comenzaron a emerger varios beneficios hasta ahora inexplorados, como la inserción de la Capoeira en los currículos de las escuelas; o el desenvolvimiento de metodologías de entrenamiento; o el cada vez más creciente reconocimiento social de la Capoeira. La ampliación de los potenciales mercados de trabajo trajo como resultado la aplicación de la Capoeira en trabajos de gran valor social, como la reintegración de niños y jóvenes marginados, la Capoeira para la “tercera edad” y la adaptación para alumnos especiales.


Cuando decidí hablar sobre mi trabajo de Capoeira con alumnos especiales de la EMEE (Escola Municipal de Ensino Especial) de Venda Nova – MG, estaba un poco indeciso sobre la forma em la cual escribiría el texto. No me quería escribir de esa manera académica tradicional, llena de términos técnicos y pre-definiciones de mejoras mentales, físicas y sociales. Lo que a mí realmente me gustaría es transmitir a los lectores es un poco de sentimiento y la realidad que enfrentamos cuando decidimos realizar este tipo de trabajo.

Entre mis casi cien alumnos, habían autistas, personas con síndrome de Down, ciegos, sordos, personas con deficiencia mental y física, personas en silla de ruedas, entre otros. Confieso que cuando fui invitado a darles clase, me encontré un poco en “shock” y mi primer pensamiento fue que no sería capaz de desarrollar las aulas.


Recordé un momento que me marco mucho hace quince años cuando aún era novato en la Capoeira, en un viaje a Guaratinguetá – Sao Paolo, cuando me emocioné al ver a los alumnos de Mestre Ponciano Almeida, pionero en este trabajo de Capoeira especial en el Brasil. Portadores de las mismas necesidades de mis alumnos, ellos hicieron una presentación de Capoeira y Puxada de rede do xaréu en la cual el gimnasio entero se conmovió y por lo menos la mitad de las personas presentes entro  en llanto.

Decidí entrar de cabeza y tome al Mestre Ponciano Almeida, la Mestra Morena y el Profesor José Roberto Martins como referencia para desenvolver mi trabajo con alumnos especiales. En pocos meses conseguí incorporar en los alumnos un sentido de unión confianza y una “rutina” de Capoeira que ellos absorbieron para el día a día. Es muy gratificante ver como algunos alumnos que no conseguían memorizar los días de la semana sabían que el jueves era el día de blanco, el día de Capoeira.


Lo que esos alumnos consiguen hacer en una roda es la confianza y  la alegria que ellos llevan a sus vidas, es impresionante. Mas increíble aun es que los que nos hacemos llamar “normales” aprendemos de la integración con los especiales. En los quince años que llevo trabajando con Capoeira  y principalmente, entre 2006 y 2008 cuando realice el trabajo con alumnos especiales , vi varios capoeiristas grandes y fuertes desmoronarse al ver el esfuerzo, el coraje, y la pasión con la cual esos alumnos enfrentan sus barreras.


Delante de esas personas, nosotros “normales” tenemos que revalorar nuestras dificultades.  Puede ser que sean nuestras propias actitudes y no una realidad física lo que más nos dificulta.

Son muchas las posibilidades del cuerpo humano a través de la Capoeira. En este contexto podemos citar algunos ejemplos prácticos, como una alumna con limitación de movimiento del cuerpo casi total del cuello hacia abajo, que al oír el berimbau en la roda no mide esfuerzos para abrir una sonrisa enorme e intentar mover los brazos siguiendo el movimiento de la ginga.

Podemos hasta ir un poco más allá. Cuando un alumno hemipléjico, con mucha dificultad de locomoción conversaba conmigo y señaló hacia otro lado. Yo, inocentemente miré y el intentó darme una rasteira. Yo no caí, pero en la Capoeira, lo que vale es la intención así que el ya me había ganado. El ya era capoeirista y yo ni lo había notado.


El movimiento corporal debe contener un significado amplio en sus vidas e ir mas allá de de los estereotipos de la sociedad. Quizás la ventaja más grande es el compromiso con una práctica que se ocupa de los derechos individuales de participación, autonomía y auto-determinación en busca de mejora de la calidad de vida. El trabajo que está siendo desarrollado con la Capoeira pretende contribuir en garantizar el respeto de las capacidades, talentos y potenciales del ser humano, asegurando derechos de oportunidades iguales para todos.


La Capoeira se manifiesta como juego, como lucha y como danza, sin asumir efectivamente ninguna de estas características aisladamente, pero asumiéndolas todas al mismo tiempo. Ella reúne por lo tanto, grandes instrumentos para la inclusión e integración social, como la música, el ritual, la expresión, la harmonía y su pluralidad de expresiones corporales y culturales.
Creyendo en la riqueza de esas posibilidades intente desenvolver un trabajo volcado en la atención individual de la necesidad de todos los componentes del grupo, para que todos pudiesen participar de manera efectiva y alegre en la roda de Capoeira y se convirtiesen en capoeiristas de cuerpo y alma.

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